Han pasado seis años y yo aún vivo donde vivíamos. En la misma casa. Conocí a Pablo y tuvimos a Matilda. Ahora los tres dormimos en el que fue tu dormitorio, el de las pelusas.
Dos amigas dejan de ser amigas. Esta es la historia de la cicatriz que queda en una de ellas.
Artículos relacionados
Vista previa: AMIGA MÍA
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.